lunes, 31 de marzo de 2008

Resistencia.




Esta noche no existen más que las volteretas de mi estómago. Me dicen la verdad, todo me dice la verdad. Yo sé que te gusta y es por eso que te dejaré, te dejaré allá y tú no sabrás, no te darás cuenta de nada. Porque todo en mis adentros está como en ruinas. La locura y el sueño, la locura. Es cierto, pero todas esas palabras huyen de mi boca, como todo en mí.
Ya no quiero, entiende, ya no quiero respirar todo este maldito aire.
Hoy fume muchos cigarrillos pensandote y es que tú no tienes idea, vida. Siempre te pienso y estás cubriendolo todo y ¿no te das cuenta? me tienes aquí con los ojos grises, pero a ti no te da pena y a mí tampoco. Ya no.
Como quisiera materializar esa frase: ya no.
Ya no más, sólo eso pido.
Ya no quiero pensarte con estos colores oscuros que se revuelcan en mi vientre, sucios colores que no me dejan abrir los ojos. Durmiendo, cansada, muy cansada, dame algo con lo que pueda respirar, sólo eso.
Déjame.
No me dejes.
Yo te dejo.
Es que yo ya lo sé todo, ya no hay nada que ocultes que yo no haya pensado antes.
Es por eso que todo me deja, hasta los ecos, hasta la sombra. Hasta la tristeza ya se cansó de mí y tú también... vida.
Esta noche y sus colores, cuando caminaba y sentía un poco ese aire frío de otoño y nunca pensé en escribir poesia. Ayer te escribí y derramé todo mi ser, pero ya de nada vale. ¿No ves? Es que ya me voy, pronto me voy.

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