existe ese espacio-tiempo predecible, ese momento de la mañana en que los sueños se combinan bastante bien con los primeros rayos del sol.
Ahora no sabré que pensar, luego del mar, sólo me quedan los sentimientos que llamé, a los que nombré y armé, para volverlos a tocar. "Gracias", por una última vista, sintiendo tus manos, para que hoy sepa que todo aquello me sabe a tristeza y a todos los aromas que me gustan tanto.
Hubiese congelado ese momento, así como con las canciones que tengo en un par de discos, son como imágenes que se arrastran por sobre tu piel, terminándote en segundos, ya cuando abres los ojos y no puedo ver mi reflejo en aquellos, ya cuando mis manos se arrastran por aquellos aromas que desaparecen a segundos y es como verte dando vueltas entre tantas pisadas mientras yo te busco, sí, te busco ahora que las hojas vuelven a brotar, vuelvo a buscar aquella palabra que no alcancé a escuchar, aquella sonrisa que no supe ver y aquella caricia que no pude disfrutar más que un segundo después, solté tu mano y ahora como todo, como todo, recuerdos, los que tengo en el bolsillo y uno más, lo siento, pero gracias, por aparecer cada noche, por dejarme ver tus ojos, por cada temblor que se asoma entre el perfume de la tarde y entre mis busquedas y entre sonrisas y entre lo que siento como una gota que cayó al mar.
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