jueves, 12 de marzo de 2009

"Y cuando puse mi inconciencia en un sólo disparo, se entrelazaron todos los sueños hasta no ver su principio ni su final. En la pistola que sostuve en mis manos, un sólo golpe me hizo mirar: ruidos grises, peces contra la corriente en una línea recta, formas más místicas por su misterio que por sus bordes que no alcancé a divisar, bosques risueños, lunas que duermen y tu figura sosteniéndose en un agua oscura, tu cuerpo caído en un templo oriental, las manos bajo la mejilla, sobre la madera, sobre el olor de la madera, sobre el silencio de lo que no se conoce ni se entiende. Me agaché para tocarte los labios y contarte un secreto, abrir los ojos para verte bien, tu rostro borroso, decirte que jamás podrás sentirme con esos labios que se hicieron agua bajo mis pies, te reíste sólo un poco y todo comenzó a alejarse hasta volverse una sola gota de una lluvia venidera."

No hay comentarios: