sábado, 23 de mayo de 2009

Dos modos de vivir la literaturización:

1) Caer en el lenguaje arcano y suave de todas las palabras elementales para decir que el paisaje natural es hermoso y respirar hasta por los poros el aroma fresco de una construcción natural a través de las letras. Alabar hasta quedarse sin saliva mental para no llegar nunca a definir el estremecimiento clave del crepúsculo y la soledad principal. Creer en el infinito como una mera palabra que todo lo contiene y nada revela.

2) Caer en el lenguaje rápido y urbano adorando cada enfoque de uno mismo a través de una caminata por la ciudad, buscando algún amor que salga de un cine arte, un café o la lluvia. Ser uno con los bares y ser un homogeneizador de mentes colectivas del que uno mismo sobresale como el más despierto y triste-alegre. Creer como la única religión en el favorecimiento de fuerzas invisibles para los desencantados y perdidos.

1 comentario:

the nOIz boy dijo...

Hola.
Hoy me ha gustado leerte.
Me has sacado considerablemente de una aburrición crónica.
Y bueno, esta entrada la tomaré en cuenta cuando vuelva a escribir, junto con las definiciones literarias que me has dado.
Gracias.
P.D. ¡Que viva la hueva!
Jajajaja.