A veces siento que me pierdo entre tanta cosa. Podría ser lo que realmente quiero creer que soy, pero la verdad es algo que a uno le golpea como desde la nada, como algo que cae en la cabeza dejando un moretón permanente. A veces me olvido de lo que he olvidado, a veces me olvido de todo y a veces quiero creer en lo que siempre me ha dado dolor de estómago desde que tengo dolores de estómago por las cosas en las que no he querido creer. No sé de qué se trata tampoco.
No debería tener necesidades de nada, pero de todos modos las tengo, no debería. No debería sentir que tengo una sombra molesta golpeándome la espalda cuando todo comienza a amanecer, de a poco. O quizás nunca.
Si hoy en la mañana no sabía nada ahora sé la mitad y espero saber la otra mitad pronto. Si nunca he sabido nada entonces estoy perdida y me iré al diablo. Maldita sea, se siente así cuando las cosas dan muchas vueltas, me siento con una galaxia que gira en torno a mi cabeza y siempre es lo mismo y el resto del tiempo es como si no lo quisiera ver. Ciertamente nunca he creido en nada, ciertamente.
Ahora mismo me dolería ver mi falta de ceguera o mi poca falta de ceguera, y aquí vamos con la maldita ambivalencia. Por mientras me hundo lejos de aquí entre canciones lentas y que sólo saben arrastrarse. Por mientras me dedico a mirar por la ventana y a imaginar cualquier cosa, a poner y poner imágenes sobre otras como platos amontonados con restos de comida. Y quizás uniendo todo con un hilo invisible que yo quiero ver, porque para mí casi todo es algo que no quiero ver.
A veces siento que me pierdo entre tanta cosa. A veces, también me da miedo arrastrarlo todo junto a mí, como una fuerza centrípeta que no va hacia ningún lado, que sólo cae como todas las cosas que son.
No debería tener necesidades de nada, pero de todos modos las tengo, no debería. No debería sentir que tengo una sombra molesta golpeándome la espalda cuando todo comienza a amanecer, de a poco. O quizás nunca.
Si hoy en la mañana no sabía nada ahora sé la mitad y espero saber la otra mitad pronto. Si nunca he sabido nada entonces estoy perdida y me iré al diablo. Maldita sea, se siente así cuando las cosas dan muchas vueltas, me siento con una galaxia que gira en torno a mi cabeza y siempre es lo mismo y el resto del tiempo es como si no lo quisiera ver. Ciertamente nunca he creido en nada, ciertamente.
Ahora mismo me dolería ver mi falta de ceguera o mi poca falta de ceguera, y aquí vamos con la maldita ambivalencia. Por mientras me hundo lejos de aquí entre canciones lentas y que sólo saben arrastrarse. Por mientras me dedico a mirar por la ventana y a imaginar cualquier cosa, a poner y poner imágenes sobre otras como platos amontonados con restos de comida. Y quizás uniendo todo con un hilo invisible que yo quiero ver, porque para mí casi todo es algo que no quiero ver.
A veces siento que me pierdo entre tanta cosa. A veces, también me da miedo arrastrarlo todo junto a mí, como una fuerza centrípeta que no va hacia ningún lado, que sólo cae como todas las cosas que son.
No hay comentarios:
Publicar un comentario