Qué diablos pasó aquí?
Algo se parece más a los respiros entrecortados.
Debo dejar de fumar porque estoy gastando mucha plata, es la máxima del día y dónde quedó el encendedor, ah, en el bolsillo.
El último sorbo del café es el peor, siempre tiene más azúcar como un caramelo irritante.
Pienso en ti, a veces cuando el humo sube por la cortina, cuando es domingo por la tarde y no he salido de la casa y tengo resaca y ganas de todas las cosas que no podría hacer en este justo momento.
Trato de que lo que escriba no tenga que ver con nada de lo anteriormente dicho en todas las estaciones del año, trato de no suspirar erróneamente.
Ha estado dándome vueltas.
Música, luna.
Luna, caricia.
Caricia, cigarro.
Cigarro, pared.
Hay días en que no quiero estar por aquí. Si ahora pudiera, si supiera manejar por ejemplo o tener dinero en el bolsillo, me voy a la tierra más amarilla del planeta, porque me gustan los viajes sin destino, por alguna razón, cuando se llega al destino ya no hay más que hacer.
De brazos cruzados, mirándote a los ojos, gerundio de todos los puntitos metálicos en el reloj, apostar sin cartas en la mano, te veo y a la vez me queda como un túnel, me queda como un sonido que se va con el tren, como un dolor dulce en la panza, como una palabra que no alcancé a oir, una frase de estrellas, una frase frente a la luz plana y monótona, algo mojado en la mejilla y un cuaderno en el que resuena la verdad intermitentemente.
Pared, noche.
Noche, ventana.
Ventana, cigarro.
Cigarro, sueño.
Sueño.
1 comentario:
Estoy seguro de haber leído eso antes, también de ti.
Deja vú ~
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