Escapista.

anoche me quedé dormida escuchando a nick drake. cuando me desperté ya era tarde, desde la cortina el día estaba negro. decidí que ya había llegado más que atrasada, así que quise seguir durmiendo. el día estaba tan negro, hacía frío. quise escuchar a wilco otra vez, escuchando como cada frase me llegaba desde todos los puntos del paisaje. pensé mucho hoy, mi corazón comenzaba a congelarse y temblaba, no sabía bien si era bueno sentirse así, si era apropiado. escuché radiocure como hace dos años bajo ese cielo nublado y me descubrí como la misma persona de ese entonces, esperando algo. no quiero esperar nada ya. ciertamente me he desilucionado tanto que ya he perdido la capacidad de sentir que algo bueno habrá de suceder, algo que me acompañe, que me haga sentir plena, alguien. la felicidad me es esquiva, se va cuando quiere y a veces no regresa. hoy mis amigos me hicieron bien cuando pensaba que no había nadie ahí y el cielo sería negro para siempre y pude reirme de nuevo y acallar ese murmullo eterno, frío. la lluvia me sentó bien, escuché nick drake cuando volvía a mi casa. vi una niñita jugando con una rosa y se me hizo hermoso, le di el resto de la bolsa de papas fritas a un perro colorín que me siguió un rato. me hizo bien la lluvia y radiocure fue esperanzadora de nuevo. pensé que si pudiese hacer canciones serían como aquellas, pensé que si pudiese escribir lo que siento sería como aquello. es viernes y es casi justo como me lo imaginaba, pues no espero más de lo que puede ser. me he equivocado otra vez, cierto, pero tampoco es que no me vaya a equivocar nunca más, después de todo así es el curso de las cosas. supongo que ya fui feliz y ya no quiero esperar a nadie más, quizás venga algo, quizás mañana no vaya a ser el mejor día del mundo, pero algo habrá para hacerlo mejor. no quiero recomenzar nada, quiero comenzar desde cero, empezando por acallar murmullos del corazón, con tiempo quizás, con muchos más desvelos. quizás un día ya pueda reirme de ésto, como dicen los amigos.