martes, 27 de abril de 2010

weirda

Es súper probable que no se pueda cambiar. Las manos del alma, sí, atrapan otros mundos y se alimentan, al final los límites difusos se desdibujan y casi que no soy nadie, casi que llego a ser. Patear conflictos internos con la almohada no es un buen ejercicio para el metabolismo, así como tampoco lo es la paranoia fundada e infundada. Por supuesto que no se puede cambiar, las sedientas manos del alma atrapan universos, universos atrapados para siempre dentro del alma, como la extensión infinita sólo ralentizada por los segundos que cuesta pensar y los segundos que se agotan a sí mismos.
Un sentimiento como la mierda por decirlo de otro modo.