sábado, 2 de abril de 2011

el uso agramatical de la vida.


tampoco es que piense mucho. mi perro ladra allá afuera a quizás qué cosas imaginarias, derrepente hasta sea un esquizo. las mañanas son calurosas, no llueve. lo literal es la mía, el pan de cada día. mi mente es como un tubo recto por donde se realiza la sinápsis: comer algo a medias, dormir pesadamente, leer alguna cosa liviana. tengo un par de no requeridos kilos de más y unas ojeras notorias con el paso de los años. pobres años. los que vienen. si hay algo que me preocupa son esos años. por acá abundan las cosas a medias, los anhelos. pienso y se queda ahí, no hay forma de sacar provecho ni menos aún llevar a cabo. bueno, pensar es gratis, imaginar. el indian chai voyage es mi favorito en estos días, tiene el sabor de los cielos en decoloración. sobrevivir con esta alergia y con lo inevitable. no tengo incertidumbres, nada está programado por aquella corriente de aire que reparte destinos por donde se le da la gana. estoy jugando a las desiciones, tomadas o no, a ver qué pasa. qué juego triste por su falta de misterio. la falta de misterio borra los tristes juegos cándidos de otoño. seguir o no por la calle, hasta lo que se soñó. y yo siempre opto por quedarme aquí, creando mundos que no difieren finalmente del real.

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