martes, 5 de abril de 2011

weirda for ever.

extraño viejo cielo, desteñido, alargado, manoseado por lluvias condensadas. hablas de lo mismo, yo hablo de lo mismo. hablas de algo nuevo, hablo de lo mismo. pero seguimos sin hablar de lo mismo, a pesar de nuestras pocas transgresiones o de las tuyas inacabadas, frescas como brotes en esta pobre simulación de otoño nostálgico. la luna no es ni rosa ni es luna, no es ni redonda ni está oculta. desde mi ventana no se ven las estrellas, sólo latas verdes sin pintar y el gato del vecino.

haciendo. escarbando en tu camino. casi como una enfermedad, como un caso perdido. sin crear nada nuevo, sin reinventarme. ensuciándome las manos antes de dormir una y otra vez, alcanzando memorias que deberían disolverse, con estas mismas manos jamás las mismas que recogen las mismas escenas para triturarlas. mejor no haber abierto los labios, mejor no haber sabido enfocar mis pupilas en un objetivo lejano. mejor fue no subirse al bus, perder con todas sus letras y bien pronunciado. quedarse allí. curvar los labios ligeramente en una mueca parecida al contento. suspiro y luego marcharse a casa sin intentar. para qué.

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