llueve aquí adentro, como por aquel entonces, julio flor, abriéndose tan lento y fugaz. por aquel entonces usaba un buen perfume, uno barato, pero suave. también me veía distinta, siendo exactamente quien era. por eso caminaba por allí, cuando aún no se oscurecía por completo y las calles seguían siendo grises.
lo mismo hoy; apoyo mi hombro en la pared de una vitrina y enciendo un cigarrillo. me arde un poco la garganta resentida por el resfriado, siento de poco la camisa mojada en la espalda. la lluvia sigue cayendo. los audífonos, la música y la memoria latente, dolorosa como una punzada que entra ardiente y se anida tibia.
qué bonita por ese entonces. estoy plageada, estoy reciclada. ahora soy como un cometa triste ascendiendo entre estrellas de cartón. el ron sabe tan mal y el ruido blanco de la lluvia, por aquel entonces. los paraderos son mi meta final, me siento y pongo mis manos en los bolsillos.
soy un eco, una vez más. una serpentina extendiéndose hacia el horizonte. las gaviotas estaban en la plaza, mudas. yo encogí mis piernas y las abracé, casi sonriendo. recuerdo, julio flor, me había quedado casi dormida y aún ocultabas tu resfriado para no despertarme. la tele parpadeando en nuestros rostros. el futuro es incierto, por aquel entonces la incertidumbre era la extensión del presente; llegaba a otras galaxias en una sola de nuestras vidas.
sucio.
dulce, tierno.
tibio.
sucio, borroso.
memoria.
lágrima.
memoria.
polvo.
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