cuando tenía como trece años me gustaba caleta el morado.
pero el morado es el color de un recuerdo en especial. a veces lamento no haber guardado el frasco del perfume de aquellos años. mi vida, ya vacía, necesita de objetos para volver a vivir momentos que ojalá pudiese abrazar en el infinito.
soy una tipeja feliz y soy nadie al mismo tiempo. soy nadie y a veces me carga quién soy, otras veces me da lo mismo y soy por la vida, como si nada. como si nada... como borrando, como reinventándome.
pero en ciertas noches como esta me siento como un vómito. y tu risa es como el dios del sol y para mí a veces no existe dios. para mí algunas veces no existo y no he sido nadie y ahora soy alguien que es un vómito y que se siente como un vómito. y soy una arrepentida empedernida y a veces no tengo sentido, y a veces todo es nada para mí y dentro de mi desesperación y desesperanza todo es todo para mí, o incluso la nada, o el sin sentido.
soy una tipeja melancólica y mal de la cabeza. sin lágrimas, mirando con grandes ojos abiertos por entre el eco de la lluvia, mientras las esquinas de los paraderos gotean y suena el canto de la nostalgia. y soy ecos y soy fotos en sepia. y soy también una rastreadora del recuerdo, del tiempo. así mismo, me ovillo y descanso entre hechos oníricos, que no sé si alguna vez fueron realidad.
y así vuelvo a ser nadie.
vuelvo a ser nadie.
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