jueves, 15 de mayo de 2008

Jueves gris.

Cosas de ese estilo.
Ni pensar en un viernes ni en cerveza ni en cigarrillos, cosas que al final no tapan nada.
El día está nublado, tengo ganas de salir, pero no sé a dónde. Tengo mucho que hacer ya que he dejado todo para el otro día y así hace dos semanas.
Estoy segura de que me quedaré mirando por la ventana todo el día y también leeré. El día se pasará muy largo entre tantas cosas. Nada de música hoy, el silencio de la casa me viene bien.
No puedo evitar las ganas de ir a caminar, hace frío y parece un día en el que todo puede suceder y no me refiero a cosas extraordinarias, sino a cosas que siempre suceden y que seguirán sucediendo a cada segundo.
Es un jueves gris, un día helado perfecto para un par de canciones, para vagar sin rumbo y observar la cara de la gente. Me gustaría ver las hojas de otoño por el suelo y me gustaría ir a tomar café a ese lugar que me gusta del cual aún tengo un recuerdo tibio.
Tal vez dormir sin dormir, soñando despierta con miles de actuaciones absurdas y totalmente imposibles.
Hoy me encontré más sorpresas, el pasado se está revelando ante mí y hasta me castiga. Todos los días llega algo nuevo y no necesariamente bueno.
No quiero fin de semana, me pongo sensible los domingos y no me gustan: demasiada reflexión como hoy en la mañana. Un par de cosas me dieron lástima, cosas que ya están ahí instaladas.
Es increible, pero no quiero ni un viernes ni un sábado, no quiero ese juego idiota de luces y risas, al final tan vacío: siempre llega ese domingo a martillarme la cabeza, luego de todo ese baile de ilusiones...
Cosas de ese estilo, leer un libro y no ducharse hoy. Hace frío, pero me gusta. Hace un poco de nostalgia que me incomoda en cierto grado y que no puedo aliviar. Hace un poco de ganas incontrolables de hacer cosas posibles, pero imposibles en mi conciencia.
¿Si mi inconciencia actuara hoy? Sería una locura...
Un j u e v e s g r i s cualquiera.

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