"Si ahora te estoy viendo, tú y tu frágil brazo blanco apoyado en la nada, tus ojos de almendra (dulces y claros) pérdidos en la luz que emana desde la ventana.
Si ahora te estoy viendo, tu cabello toma la forma de la miel que ha caído de un vaso, perfecto y rápido, toma un lugar correcto en su desordenado orden.
Si ahora tu boca se entreabre y toma el color del invierno, tus labios pálidos, tus dientes blancos y húmedos, tu aliento como las brisas de finales de Abril (sin que yo alcancé a respirarlo, sin que pueda añorarlo) en esta ciudad que ya no me pertenece, no tendré pensamientos para fugarme y no podré ocultarme de la luz que emana de tu ventana, una extraña mañana nublada, cuando te mire a los ojos.
Si te veo cuando estés lejos de aquí, cuando tus pupilas vuelvan a volar con los pájaros grises de esta ciudad, por fin podré volver a escuchar el rumor rojo de mis venas, podré escaparme sin que me veas apretar los párpados para que mi inconciencia no desee volver a volar con la tuya, en un cielo lejano, en un cielo lejano a esta ciudad sin sorpresas."
Si ahora te estoy viendo, tu cabello toma la forma de la miel que ha caído de un vaso, perfecto y rápido, toma un lugar correcto en su desordenado orden.
Si ahora tu boca se entreabre y toma el color del invierno, tus labios pálidos, tus dientes blancos y húmedos, tu aliento como las brisas de finales de Abril (sin que yo alcancé a respirarlo, sin que pueda añorarlo) en esta ciudad que ya no me pertenece, no tendré pensamientos para fugarme y no podré ocultarme de la luz que emana de tu ventana, una extraña mañana nublada, cuando te mire a los ojos.
Si te veo cuando estés lejos de aquí, cuando tus pupilas vuelvan a volar con los pájaros grises de esta ciudad, por fin podré volver a escuchar el rumor rojo de mis venas, podré escaparme sin que me veas apretar los párpados para que mi inconciencia no desee volver a volar con la tuya, en un cielo lejano, en un cielo lejano a esta ciudad sin sorpresas."
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