martes, 26 de mayo de 2009


Han sido días extraños.
Hoy salimos del café y hacía ese frío que hace que el humo del cigarro salga a borbotones de la boca y de esas noches en que hay que andar con bufanda.
Hacía ese frío para escuchar la canción perfecta en el momento indicado.
Me duele la garganta de tanto reir y me declaro inciertamente alegre.
Hoy todo me pareció exageradamente hermoso: amarillo, frágil y hermoso.
Hoy comencé a desenterrar algo que no quiero dejar de redescubrir.


Pero supongo que de eso se trata la aventura.

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