jueves, 20 de agosto de 2009

No sé. Generalmente cuando me viene esta sensación me siento afuera de esa fotocopiadora a fumar o algo, pero todavía no es Domingo. No es el espacio ni el lugar para nada. Es como agua, se siente y cae como agua, es como un río en un atardecer, es como estar todo apretado por algo que no sé, es como dos paredes color sepia.
Porqué estoy buscando cosas que dejé tiradas en el camino, las tomo, las limpio, las contemplo, trato de decifrarlas. O trato de traerlas de vuelta, como un eco. Siempre me han gustado los ecos, es como un golpe de sentidos que se van antes de que pueda tomarlos de la mano. A pesar de todo, me gusta sentirme (me gusta sentir) así.
Aunque sienta que nada vale la pena -o la no pena- estoy aquí, esperando. Siempre espero algo, siempre me despierto y pienso que algo va a suceder, en otro lugar, en otro tiempo, es algo humano después de todo.
Tengo que despertar mañana a las 6 y ver de nuevo como amanece, quizás escuchar algo de música, quizás porqué es la mejor forma de sentirlo como algo cierto, pero sin que sea algo molesto o algo de lo que deba arrepentirme. Quizás pelearme con todo lo que se llama "error" ya me cansó, quizás no sea tan malo ese pequeño río que pasa demasiado tarde por acá, cuando se está acabando el invierno. Quizás siga esperando sólo porque me gusta ver los amaneceres y sentirlos como si en algún lugar oculto de las hojas, que de a poco se tornan verdes, aparecerá algo, porque sí, porque no tendría que hacer nada especial para que sucediera, o eso quiero pensar.

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