
"Y se me había hecho bastante tarde como de costumbre. La moneda del bus me picaba en la mano, debió ser el calor que aún me quedaba en algún rincón de la piel. Si te vi en la oscuridad lo preferí a ver tus ojos de persona que aún no se ha olvidado de cómo soñar. Eso me ardía en la cabeza. El café me quedaba en la boca y así como todas las despedidas del mundo. Nunca he creído en nada, ni en las coincidencias ni en los viajes. Algo se me quedó allá atrás, mientras volvía a mi casa y era tarde y yo tenía planes para alguna cosa en particular de la que ya no me acuerdo. Cuando te vi a través de la ventanilla supe que algo se me iba a quebrar adentro, debió ser eso que me duele cuando hace frío. Me pregunto si debí saberlo o si debiera de dolerme tanto el frío.
Es como si el otoño se hubiese quedado atrapado en todo lo que he pensado y con eso pudiera sentirlo todo otra vez. La música me susurra algún momento en el que no quise más que mirarme a mí misma y veo líneas que se abrazan hasta dibujarme estremecimientos adentro -ese lugar habitado de minutos anteriores- y logrando que casi alcance a tocar lo que he perdido en tal o cual momento. He dejado pasar todos los trenes de la tarde, quedándome con algo para soñar todas las noches, con algo para volver y para mirar por las ventanas con algún sentido aunque no sea el sentido lo que me mueva a algo, sino otra cosa, quizás seguir caminando en dirección opuesta, quizás esperar otro Abril para volver a tener esperanzas en la espera, porque esa espera siempre permanece, es como la melodía en off que perdura durante tanta aventura metafísica.
He escrito dos líneas más de lo que será algún día el manifiesto egomaniaco de mi vida. Escribo para descubrir más y más cosas, las islas que van quedando entre el mar a veces movedizo, otras veces en calma. No tengo idea de porque he insistido en añorar cosas que ni siquiera se materializan en mi cabeza, quizás es ese aire tan frío de la primavera y yo sigo teniendo más años cada vez que vivo del clima. Un día recuerdo que algo se me quebró adentro y lo único que pude ver fueron las hojas amarillas de Abril y mis manos rojas y ese dolor de ese constante fluir del alma que se escapa y se va a jugar entre viajes en la tarde, entre sueños y esperanzas, entre fotografías en sepia, entre líneas ajenas que susurran lo que nunca podría concretarse. Sí, algo debió ser y pareciera que entre tanta canción que alguna cosa dice, entre tanta esquina de Concepción por las noches y entre tanta corriente del alma se me fuera la vida."
Es como si el otoño se hubiese quedado atrapado en todo lo que he pensado y con eso pudiera sentirlo todo otra vez. La música me susurra algún momento en el que no quise más que mirarme a mí misma y veo líneas que se abrazan hasta dibujarme estremecimientos adentro -ese lugar habitado de minutos anteriores- y logrando que casi alcance a tocar lo que he perdido en tal o cual momento. He dejado pasar todos los trenes de la tarde, quedándome con algo para soñar todas las noches, con algo para volver y para mirar por las ventanas con algún sentido aunque no sea el sentido lo que me mueva a algo, sino otra cosa, quizás seguir caminando en dirección opuesta, quizás esperar otro Abril para volver a tener esperanzas en la espera, porque esa espera siempre permanece, es como la melodía en off que perdura durante tanta aventura metafísica.
He escrito dos líneas más de lo que será algún día el manifiesto egomaniaco de mi vida. Escribo para descubrir más y más cosas, las islas que van quedando entre el mar a veces movedizo, otras veces en calma. No tengo idea de porque he insistido en añorar cosas que ni siquiera se materializan en mi cabeza, quizás es ese aire tan frío de la primavera y yo sigo teniendo más años cada vez que vivo del clima. Un día recuerdo que algo se me quebró adentro y lo único que pude ver fueron las hojas amarillas de Abril y mis manos rojas y ese dolor de ese constante fluir del alma que se escapa y se va a jugar entre viajes en la tarde, entre sueños y esperanzas, entre fotografías en sepia, entre líneas ajenas que susurran lo que nunca podría concretarse. Sí, algo debió ser y pareciera que entre tanta canción que alguna cosa dice, entre tanta esquina de Concepción por las noches y entre tanta corriente del alma se me fuera la vida."
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