viernes, 2 de octubre de 2009

Estoy cansada. Para ser un ser humano hay que cansarse, es la ley natural de la vida. Imaginarse no es necesario, sólo vivirlo todo. Cuando me pego una cachetada con el agua caliente en la mañana lo pienso todo, así, del modo estructurado en el que todo calza, pero después se me va la idea entre tanta concatenación de visualizaciones invisibles. Si se podría dar una atribución visual al asunto voto por la ventanita de televisión pequeña, mi cabeza hace zapping a cada rato, ¡nada lo termino por el amor de Dios!
Entre tanta cosa siempre están los temas centrales -como decía Benedetti- Dios, la familia, el amor, y agrego otro par de cosas como la enfermiza manía de la autodestrucción pasiva que es como comerse las uñas, pero mentalmente. No sé, pero yo estoy cansada. Hoy podría dormir mil años. I am tired, I am weary, I could sleep for a thousand years. ¿De qué? quién sabe, las incertidumbres son como picadas de mosquitos, duran por días.
Hoy es de esos días en los que no me siento orgullosa de nada, pero contenta con el hallazgo. Porqué será que las personas que intentan aparentar algo son 10% de la apariencia (lo que su gran esfuerzo alcanzó a lograr) y porqué esos cristos que no intentan aparentar nada son un mundo de cometas y estrellas y esas cosas radiantes que se ven cada mil años. No viene al caso en todo caso (retórica para adolescentes).
Me he dedicado tanto a desempolvarlo todo para unirlo, como jugar a los Lego, así es el asunto, jugar al collage y cada vez que todo se me va de las manos el corazón me da un salto de aquí a la Luna -referente infaltable. Me da miedo ésto, que todo es tan transparente y frágil como un cristal, casi puedo tantearlo todo y quebrarlo si aprieto más las manos y lo hago como una enfermiza locura, la locura que da el paso en falso y el paso en verdad al mismo tiempo, quién lo supiera.
Eso es todo lo que me ha dado vueltas como un carrusel en la cabeza, ayer, por ejemplo, cuando me paré bajo el cielo abierto de la noche -y rojo- a recibir bostezos de realidad e irrealidad -la vida- y las luces se apagaron y nada cayó del cielo -siempre esperando a que caiga algo- y llego a la fase en la que el escritor -de amor a la expresión- emite palabras que algo tienen que ver con toda la película intrínseca psicológica y sicodelia (no sé cómo se escribe), paf, golpe en seco, he llegado a esa parte de la historia.

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