Estoy en el cielo. Las palomas pueden venir a cagarse en mí.
Estoy en el cielo. -Susurro. Pausa.- Santos son los aullidos de los perros.
Estoy en el cielo y no puedo dormir.
Santa tu risa que nada tiene que ver conmigo.
Y afuera hay música y en la música hay letras y en la música estás como durmiendo.
El amarillo, la sombra, la hoja, los labios, los brazos, la gente, las idas, las vueltas.
Y es como aferrarse a todo y a nada a la vez.
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