martes, 3 de noviembre de 2009

Nosotros, los amigos de los perros vagabundos (y de los ocasos).
Cuando el blues se desparrama por los domingos y la luz del sol se aprieta contra la ventana, cuando los perros vagabundos ladran por el paso del tren. La noche es el tópico, los besos la añoranza.
Yo también y vagabundeando me acerco a tus ojos de almendra y me invade las manos la suavidad amarilla con un cosquilleo, y me tapo los ojos bajando por las calles cuando las luces bailan y pensando en el deseo del deseo. Buscando y creyendo.
El génesis de los murmullos.
Tu lugar. Mi lugar y nuestro.
Las gotas caen de los techos.
Y ya no creo en lo que ya he pisado ni en el Edén, quizás en las noches tristes, noches de amanecer, se asoma tu perfil azul oscuro, profundo, azul oscuro, océano y desierto azul, océano y ahogo, de pronto la nada y con un pesado perfume y el aroma de la madera y de la frescura efímera. Y es efímero y rápido y es como un golpe rápido y es como una muerte rápida y es como despertar cuando las hojas son una medialuna radiante contra la pintura vieja y el óxido.
Y en los ángeles azules. Tú de ese modo.
Me he dormido en tu poesía y he despertado sin el mundo entre los brazos.
Suave, albina risa.
Tú de ese modo.
Y ya no creo en la poesía ni en lo que he buscado, creo en tu risa y en tu voz.

2 comentarios:

Carlos Ochoa Quezada dijo...

Leer tus poemas es siempre como irse a otra parte, Bibiana. Me da risa, los dos escribimos sobre el recuerdo, pero tú lo haces parecer tan cálido aunque sea triste.

the nOIz boy dijo...

Hola.
Hacía tiempo no comentaba uno de tus fascinantes textos. Y bueno, éste, fue el pretexto (valga la sonoridad) para animarme a hacerlo.
Y bueno, lo que acabo de leer me recuerda mucho a una como carta de Cortázar. "El río". Me canso de repetir y de indagar si tú eres parte del paisaje que retratas o si es un panorama de tu interior o si es realmente tal cual la realidad te llega a los sentidos. No lo sé y me gusta no saberlo aún porque ello me invita a seguirte leyendo y a seguir indagando y pensando el origen de lo fascinante que escribes.
Gracias.
Saludos.