Esta tarde Concepción tenía los colores de antaño. Me subí al bus y todo el camino parecía como vivir la vida desde afuera. Contemplar antes de quebrarse, me quedo con lo primero. No puedo decir porque las circunstancias me enmudecieron y ya se me olvidó como retumbaba mi corazón la semana pasada. Ahora es como perder las palabras justas para siempre.
Ayer decidí que hoy voy a comenzar de nuevo, aunque sea un común denominador en mi vida. Porque es lunes, porque hay silencio. Si vuelvo atrás en mis pasos entonces sólo esperaré en vano.
Quizás me limitaré a utilizar frases cliché o a pensarlo de manera simple ¿porqué no? Nada de esperar susurros en pantallas. Es probable que me esté engañando a mí misma, pero nada más de tiempo, porque el tiempo me enferma.
Ojalá el whiskey se vuelva un común denominador y la sensación y el sonido del mar se vuelvan una banda sonora en mute. Vuelvo a esperar nuevamente, luego de probar y permanecer en el mismo lugar.
Todo me parece como un tiempo que nunca fue, no quedan rastros de nada. Pensaba darme la vuelta, pasar la curva peligrosa, pero el tiempo no me dice nada, claro y no puedo sentir cuando estoy muda y cuando hay tanto silencio.
Vuelvo a ser la misma que espera algo distinto, creo que nunca me voy a cansar de soñar, porque de todos modos siempre se espera a besar los labios de alguien que te haga olvidarte de caer.
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