lunes, 3 de mayo de 2010


La montaña rusa funciona por etapas. Primero hay que hacer la fila para subirse al carro, una larga espera ya que muchos deben subirse antes que uno. Luego hay que temer, una emoción previa a la experiencia. Hay que subirse al carrito, ajustarse el cinturón de seguridad que nunca es tremendamente seguro. El carrito comienza a subir por la montaña rusa, toma impulso. La emoción es tal, una mezcla terrible entre gozo y adrenalina, juvenil y refrescante, el carrito toma impulso para obtener velocidad, la cumbre es el mejor momento, no se sabe porqué, pero se está bien, con un pie en la seguridad y otro pie en la incertidumbre, cuando de pronto, ¡zaz! se suelta el carrito y se baja en picada, a toda velocidad, se grita, se marea, se pasa bien, se olvida de todo, se da vueltas y el carrito comienza a dejar la velocidad y el juego termina lentamente, hasta volver a la posición principal. Es entonces cuando, dependiendo de la experiencia, se vuelve a intentar con risa, emoción y alegría o se vomita al lado de la entrada.

1 comentario:

the nOIz boy dijo...

Jajajaja.
Me agradó mucho este texto, sobretodo la moraleja final. Jejejejeje.
Describes muy bien la experiencia, como si un experto estuviera hablando y a la vez se estuviera divirtiendo de lo lindo.
Gracias por tu texto. :D