miércoles, 6 de octubre de 2010

a tragic opera in my mind.

y como es de esperar, en mi mente abundan escenas trágicas en que el héroe trágico debe irse avergonzado y humillado caminando solo a casa.
mi día está compuesto por:
  1. imágenes reiterativas en donde un flash-back funciona como un enunciado que abstrae la peor parte de los sucesos, replay over and over again.
  2. imágenes inventadas que contienen mil y un desenlaces progresivos en que lo peor puede suceder de formas diversas y una parte que dice que sucederán de formas desconocidas, pero no mejores.
  3. miedo a presenciar cualquier cosa que me haga temblar o que haga disparar el bombeo del pulso hasta límites ya traspasados en los últimos días, de modo que deje atrás nuevamente todo lo que he logrado las últimas 48 horas.
  4. la constante sensación de que la tarde trae la calma y el desvelo de los sentires más profundos.
  5. la constante sensación de que mis sentimientos están dispuestos a modo de montaña rusa frenética en la que el orden va de acuerdo a lo que puede suceder en cualquier instante, es decir, WTF a la vuelta de la esquina y OMG and FTW mientras llego a ellas.
  6. la absurda, pero punzante y verdadera idea de que lo que pienso es todo lo que sucede siempre, pero más enfocado en lo posible y no en lo que quiero que suceda.
  7. una décima parte de mí dedicada a la pre-práctica de pesadilla.
  8. la certeza oscura, invencible, radiante ella sola, inalcanzable allá arriba tirándome piedras y diciéndome: avíspate, aweoná.
  9. el resto se lo dejo a las naúseas por todos los motivos anteriores y a quedarme dormida en cualquier lugar.
finalmente, después de un día tan agitado, llegan las altas horas de la noche, en que tanta ensalada y dimensión alterna (y actual) convergen de modo que se vuelve una locura increíble, sólo apacible luego de una buena dosis de música y de momentos optimistas, en que ya nada parece tan lejano. como una pincelada casi que necesito para querer que mañana sea un gran día, porque estar tan cagado no significa que siempre se mantengan las tímidas ganas de estar bien.

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