tu existencia no tiene puertas cerradas. eres el café anaranjado saliendo del tubo de óleo, extendiéndote. abrazas cada espacio y tiempo del lienzo, y de mi existencia. mi existencia es la sombra tras los árboles dibujados quizás chuecos, quizás por mi mal pulso. existes y tendría que plantar mejores pensamientos en cada una de tus huellas para que no deambules como una sombra juguetona, como el verano cálido que eres (y serás).
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