viernes, 3 de febrero de 2012

perro vagabundo.

la niebla de la mañana y la lluvia me llevaron a cuestionar esta fastidiosa y palpitante sensación de bienestar
parecido a a un fuego tímido y triste subiéndome hasta la garganta, alimento de mis pulmones en días de mi ambarina juventud
me puse los audífonos y esperé a que la lluvia pasara
los niños corrían con las chaquetas sobre sus cabezas para evitar el cruel frío, las señoras abrían el bien meditado paraguas
y la sensación de bienestar, dolorosa, ardiente
un dolor pasajero, viajando con mi alma
examinando a través de la ventanilla, la nada, el minuto actual
quebrándose, triturándose de la nada
y yo sin saber si reír o morir en el intento
abrí la ventanilla y llegó una carta otra vez
igual que ayer y anteayer
el dolor y la tranquilidad se vuelven una realidad a un paso entre uno y otro


será cierto?

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