Aquí me dejaré caer.
Vuelan c o m e t a s a m a r i l l o s que se encienden más cerca de la tierra que del sol.
Te ves tan bien mientras te observo al pasar.
Al pasar. Leemos a destiempo el final de una historia y yo ya tengo escrito el mío, con letras de caramelo.
Un monótono disco gira tocando el mismo tema en todas las radios, pero apreciada por mí, sintiendo como si tuviera el corazón en la garganta y el cerebro en el tarro de la basura.
Debo limpiar mis bolsillos, poner los retratos contra la pared y dejarme caer, aquí, justo aquí.
Para verte al pasar, para verte unos segundos antes de decir adiós.
Acá vuelan pájaros rojos sin dirección.
Soy casi como uno de ellos, un pájaro de papel brillante bajo el rocío.
Casi como una carretera sin curvas, un café con sacarina o un verano sin calor.
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