viernes, 9 de enero de 2009

Suena el ventilador. A la coca-cola light se le ha ido todo el gas y se ha puesto caliente por el sol que se filtra por entre el techo de bambú. Una sensación que tiembla, una conocida sensación.
Siguen sonando los audífonos del pen-drive y en un cuaderno sigo recalcando la frase: cuando vuelva. Cuando vuelva el calor calentará la calle de la plaza, las hojas de Agridulce se verán verdes y me dormiré mientras allá afuera el cielo se enciende entre fuegos artificiales, la tierra tiembla bajo los automóviles, los amantes se duermen juntos al amanecer y mi alma se mueve inquieta en sueños a la espera de las estrellas y la luna rosa de Febrero.

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