jueves, 23 de septiembre de 2010

Sin rastros la noche se pega con su hábito. Usualmente el paradero, el viento de Septiembre colándose por los pantalones, las rodillas principalmente. Las horas tienen nombres, vértigo, metamorfósis, naúseas, dependen de las esquinas, de las huellas, de los signos.
Dios se sienta lejos, mi palabra no alcanza las cadenas inevitables de los hechos. Me miro en las vitrinas, mejor cara, peor cara, sin hambre, sin costumbre. Sistema nuevo, a las ocho viene la tormenta usual. Paradero, luces, auto, humo de cigarro envolviendo mi mano, música en mis oidos, no significa, no significa nada. Mirar, observar y casi puedo ver mis días como en una ronca película en sepia.
Una vuelta, comienzo a contar de nuevo, recolectando, apreciando. El frío del pecho, una rabia dulce, una hemorragia de sentidos, mi palabra, lejos de todos los Jesucristos, muda, mi muda palabra me grita para no ser escuchada.
El tiempo ha sido crudo, veinte grados, ha sido crudo. El frío viene del sol, las hormigas se pelean mis restos. Cuál de todas las estrellas elegirás de entre las estrellas de allá arriba. Fingir, perder el juego, la inútil espera, un cuerpo sin esperanzas, caminar esperando una brisa, el soñar despierto trae delicias como también los dientes que las consumirán a mordidas descaradas. Blandamente, tibio, miro por la ventana de la biblioteca, la brisa, la gente. No importa nada, no necesito tiempo ni tengo que llegar a ninguna parte. Me tomaré mi tiempo, ya llegará la noche y el hábito, el mantel, la luz blanca sin ningún tipo de alma, el café sabe bien.
Las canciones y sus pausas, mi corazón cuidando no agolparse con la silueta que busco que no busco, una vez más, lo inservible, preferiría no pensar, no ahora, sin sorpresas, sin aliento. La vida en su forma cruda, sin razones de ser, sólo existiendo, sin alma, sin sentidos, un cambio brusco, una tormenta repentina y ya estoy la mitad de viva, mañana será diferente, esta noche, porque todo está definido y mi corazón me abandona. Quizás ya mañana no pueda hablar más.

No hay comentarios: