esta imagen es repetitiva en mi vida. el viento de talcahuano sacude con rabia los árboles del jardín del vecino y de paso los de mi casa, haciendo ese sonido de hojas duras chocando entre sí, el viento aulla: uuuuhhhhh o será fuuuuuu, pero se entiende la idea. ahí están esos hijos de puta vecinos míos, haciendo su eterno ensayo con las batucadas, creo que si escucho otra vez el mismo ritmo voy a vomitar. son días como estos en que la luz que entra por entre la persiana se vuelve insoportable, la comodidad de la cama ha sido aprovechada en diversas posiciones y se vuelve insoportable y el viento sigue hablando y hablando.
estoy en un proceso de involución almática y mi virtud se ha ido por maliciosos deseos inescrutables, tales como hablar usando el filo de las palabras como malabares. tengo claro que estoy mal, el camino claramente está en picada, este que he tomado. algo de poesía hay en la miseria del alma, dicen los libros o el cine, quizás estoy esperando a caer hasta lo más bajo. con un lenguaje simplón y una vida simplona, sombra de cualquier engrandecimiento que hubiese trabajado en mi vida. ahora ahí estoy, digo allá, bien lejos. yo estoy acá despidiéndome.
bien lejos.
bien leeejos.
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